Tratamientos de adicciones:


Además de la prevención universal conocida contra la drogodependencia, se debe ir promoviendo otras acciones, que bajo el modelo de reducción de riesgos, intenten acercarse a los adolescentes y jóvenes dentro de su contexto cultural, social y económico en que se mueven, fundamentalmente a través de estrategias de mediación. Deben existir programas de intervención breve para jóvenes consumidores de alcohol, como también a adolescentes normalizados, usuarios también de cannabis, que utilizan el alcohol en su tiempo de ocio como herramienta de socialización. Se sabe que la familia del adicto guarda un importante papel en el tratamiento de las adicciones, pero esa importancia aún es mayor cuando el paciente es un joven o un adolescente. Los adolescentes consumidores de drogas pueden convivir en un ambiente normalizado, como en una familia disfuncional, o como pasa en muchos casos carecer de una familia. Esta última situación, explica porqué la mayor prevalencia de adictos adolescentes ocurre en segmentos marginales que viven en exclusión social.
Es difícil abarcar un tema tan vasto como el tratamiento de la drogodependencia, ya que el arco que constituyen todos los tipos de adicciones es tan amplio y complejo, que es imposible que pueda existir una estrategia básica que se emplee contra las mismas. En los últimos años, especialmente una vez conocida la estructura del Genoma Humano, hubo aportes de la investigación científica, que aplicó los conocimientos derivados de la genómica y proteómica, en la investigación en neurociencias y los bancos de muestras biológicas.

Avences en el tratamiento de las adicciones
Los avances actuales en la psicobiología de las adicciones se centran en la neurobiología del alcohol, la metanfetamina y la neurobiología en la recaída de la adicción a opiáceos. Mientras los investigadores no concluyan con los estudios genómicos y psicobiológicos, en la actualidad el tratamiento de la drogodependencia se basan en medicamentos que actúan a nivel del Sistema Nervioso Central, entre otros: la gabapentina o topiramato en la adicción alcohólica, la mirtazapina en el tratamiento de alcohólicos, que a su vez consumen benzodiacepinas y en consumidores de cocaína, y la risperidona o la olanzapina en el tratamiento de la patología dual. A pesar que se describe el uso terapéutico del cannabis, hay que enfatizar que esta droga tiene importantes efectos sobre el sistema nervioso central (SNC). Dichos efectos son variados, como también son varios los síntomas físicos de ciertos pacientes con enfermedades terminales que puede aliviar esta sustancia. Todavía faltan años de investigación para que se pueda establecer cuales son lo límites de su utilización.

Tratamiento de la drogodependencia de Cannabis
El cannabis no provoca una dependencia física, lo cual no debe interpretarse que es una droga menor, ya que parece dependencia psicológica en consumidores crónicos. Esto se hace mas evidente cuando el adicto antes adoptar el hábito, presentaba un trastorno psíquico (depresión, ansiedad, etc.) y asocia que el abandono de la sustancia favorecerá la aparición del malestar emocional previo, que lo obliga a ser más dependiente.
Es importante destacar que la dependencia realmente es social, ya que la persona cree que sólo tendrá la sensación de felicidad cuando está en grupo y consume cannabis. Para superar una dependencia de este tipo, no es necesario el uso de psicofármacos sino sólo de psicoterapia, donde los objetivos serán:
1) Incrementar la percepción de la autoestima mediante el uso y aprendizaje de diversas técnicas y habilidades.
2) Planificación de estrategias para la vida, el trabajo, los estudios, la familia.
3) Obtener otras fuentes alternativas de estimulación, como amigos, ocio, deporte,
4) Tratar de desarrollar la capacidad de aprendizaje y memoria.
Los últimos estudios evidencian que bajo los efectos agudos de esta droga, existen problemas de atención y memoria, problemas psicomotores, así como síntomas psicóticos, si existe susceptibilidad de presentarlos por parte del paciente; sin embargo, no hay evidencia científica en efectos a largo plazo. Los principales efectos adversos, tras un consumo prolongado, serán problemas respiratorios, síndrome de dependencia del cannabis, y algunas formas sutiles de influencia sobre las funciones cognitivas (sobre la atención, concentración y memoria). Otros expertos manifestaron que el cannabis a largo plazo, produce la disminución de flujo sanguíneo cerebral.